Escapadas inolvidables. Tres destinos para recargar energía en un fin de semana

Viajes | 17 diciembre, 2021

Tienes solamente un fin de semana para recargar energía, ¿a dónde te vas? Te presentamos tres destinos que ofrecen sobremesas largas, caminatas en la naturaleza, desayunos revitalizantes, atardeceres pausados, noches tranquilas, masajes y mucha regeneración.

Entre la agenda de trabajo y la cotidianidad hace falta abrir un espacio para recargarse de energía y reconectar en dos direcciones: al exterior con la naturaleza y al interior con el cuerpo y la mente. Estos destinos tienen mucho que ofrecer para relajarte en un fin de semana.

San Miguel de Allende

Si estás buscando tardes pausadas, atardeceres desde una terraza y caminar en un lugar lleno de historia, San Miguel de Allende y sus cielos azules son la opción para ti. Hospédate en alguno de sus hoteles instalados en casonas restauradas en el corazón de la ciudad y camina con calma entre las calles empedradas. 

El centro de San Miguel es el lugar ideal para recorrerlo sin mapa, siguiendo lo que el corazón o la intuición indiquen. La parroquia de San Miguel Arcángel es la referencia, con su torre neogótica que es ya el emblema de la ciudad y el punto de partida para explorar este lugar. 

Si necesitas un hilo conductor para tu recorrido, el plan foodie es la opción. Hay una variedad de lugares que van desde lo más saludable hasta lo reconfortante y tradicional. Y en el camino seguramente encontrarás galerías con piezas de artistas y tiendas de artesanos locales: talabartería, arte en vidrio, mayólica, orfebrería y tallas en madera, entre muchos otros oficios heredados de la época virreinal. Comienza con un buen café y un pan recién horneado en Panio. Si buscas experiencias culinarias emocionantes e innovadoras, prueba Casa Nostra, en donde los cocineros propietarios Cristina y Marco abren las puertas de su hogar para ofrecerte platillos y mixología a base de ingredientes locales en un entorno íntimo. Otra aventura culinaria es Aperi, al interior del hotel Dos Casas, un secreto culinario preparado con ingredientes de temporada. Por la tarde, visita la terraza de Antonia Bistro para ver el cielo cambiar de color sobre la ciudad. Y antes de ir a cenar, visita Casa Dragones y deléitate con una degustación de tequilas en el tasting room. Para cerrar con broche de oro, regálate un masaje o algún tratamiento regenerativo en el spa del Hotel Rosewood y dale un momento a tus sentidos con aromas, sensaciones y sonidos relajantes. 

Avándaro y Valle de Bravo

El aire fresco del bosque y la cercanía con la presa son los atractivos de este lugar. Aquí encontrarás silencio, meditación, caminatas en la naturaleza y rinconcitos rústicos para curiosear y comer.

Avándaro y Valle ofrecen una gama de lugares para descansar y llenar el cuerpo de energía vital. Hospédate en alguno de sus hoteles rodeados de naturaleza. Aquí la recomendación es el Hotel Rodavento, un oasis de tranquilidad en una reserva privada de 15 hectáreas en Avándaro. Su spa tiene tratamientos hechos a la medida y un área de descanso al aire libre.

Un plan perfecto para la mañana es caminar por las calles del centro de Valle y visitar el mercado principal, lleno de aromas y frutos de temporada. Si buscas más movimiento, practica alguna de las actividades acuáticas en la presa, como vela o esquí. Un clásico para comer es Dipao y sus alcachofas al horno de piedra; al terminar, retoma la caminata en busca de los helados de Choklat, con sabores como taro, maracuyá y aguacate. 

En la zona de Acatitlán, una de las paradas obligadas para los tempraneros son las famosas quesadillas, preparadas con productos de las milpas locales. Sus salsas en los enormes molcajetes son inolvidables. Muy cerca de ahí está el Garden de Walo, un vivero espectacular con una tienda de productos orgánicos. Ahí mismo puedes disfrutar de un desayuno reconfortante. También en Acatitlán puedes darte una pausa para tomar un café en Dosis –no te pierdas su pan recién hecho, crujiente y con las reglamentarias capas de mantequilla–. Si andas en bici, pasea sobre la ciclovía de la zona y visita las tiendas de cerámica, comida uruguaya y un pequeño espacio con containers que ofrece cervezas y snacks

Si buscas calmar la mente, visita a la Gran Stupa Bön para meditar y dejarte envolver por el silencio. Si prefieres conectar con la naturaleza en Monte Alto, ya sea que hagas una caminata o un tour en bicicleta, encontrarás rutas que se adaptan a diferentes niveles. Finalmente, regálale una pausa al cuerpo con alguno de los tratamientos que ofrece El Santuario y conecta con el momento presente. 

Cholula

Cerca de los volcanes, entre iglesias coloniales y campos de flores, se ubica este remanso de belleza y modernidad. Hay algo en el cielo de Cholula, quizá la forma en la que pega el sol entre sus calles, con el Popocatépetl y el Iztaccíhuatl al fondo, que te hace sentir en un lugar especial del mundo. La presencia de la pirámide oculta bajo el templo es como un corazón que le da un sabor especial a este destino. 

Comienza por respirar profundo y hospedarte en alguno de los hoteles boutique de la región, como Estrella de Belem, una casona restaurada del siglo XIX que, además de ser un remanso de paz e historia, alberga un spa para consentir al cuerpo. Sigue con el recorrido clásico, la pirámide y el Santuario de la Virgen de los Remedios, que en los días claros ofrece vistas bellísimas. Recupérate de la subida en uno de los tantos espacios que hay para probar delicias recién horneadas. Te recomendamos Harina y Sal, cuya panadería está hecha con masas madres recién horneadas, y Mostovoi, en donde se puede desayunar, comer o cenar con panadería fina.

Si buscas conocer los sabores de la región, el mercado local es una visita obligada, sobre todo en tiempo de lluvias, cuando los campos dan sus mejores frutos. Otra opción es Recaudo, un restaurante y tienda que trabaja únicamente con productos de temporada sembrados en los alrededores de Cholula. Mili Cholula es un espacio dedicado a la cocina del maíz. Se trata de una cooperativa de un pequeño pueblo a las orillas del volcán Popocatépetl llamado Ozolco, que siembra maíz entre el bosque. Todo lo que venden es cultivado en sus tierras y apoyan a migrantes retornados, además de que hacen las mejores tortillas del mundo.

En Cholula hay muchos lugares nuevos de innovación y mucho diseño. Uno de ellos es la barra Moby Dick, con cocina del mar y mucha tradición. O bien la Licorería San Pedrito Cholula, para desayunar, probar antojitos y creaciones contemporáneas. Por la noche, el siempre querido Jazzatlán ofrece buena cocina, la mejor cartelera de jazz y el ambiente bohemio de este pueblo mágico. 

Para recargar al cuerpo de naturaleza, en el cerro Zapotecas puedes caminar o andar en bici rodeado de la espectacular vista a los volcanes. Al regresar, consiéntete con masaje en el spa de tu hotel, o bien visita Cachito Mio para algún tratamiento tradicional o temazcal.

Entre sabores, iglesias, innovación y tradición, en Cholula podrás pausar el ritmo citadino, ver el cielo más azul que nunca y perder la mirada en la inmensidad de los volcanes para redimensionar la vida. 

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